lunes, 22 de febrero de 2010

El Potro
Te traje muy despacito
trotando hasta mi rancho.
Creciste y fuiste potro
servidor del hombre gaucho.

Compañero del arriero
testigo de las bagualas,
tu andar seguro y parejo
los caminos acortabas.

Después de tanto trotar
cuando al rancho regresaba
tu lomo todo sudao
en la bomba refrescaba.

Un día para recrearnos
nos fuimos a peludiar
la plata dentro de un pozo
no la pudiste sacar.

La pucha qué mala suerte.
¿Tener que sacrificar
el potro que tanto quiero?
Otro se debe encargar, yo no puedo.

Si lo crié de potrillo.
Me voy tomando distancia
pa no escuchar el estruendo
y verte caer al suelo.
Si me parece escuchar el último resuello.

María Eva flores
Trenque Lauquen 2009.

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